La crisis del COVID-19 ha proporcionado al ensayo clínico un papel decisivo y es importante conocer en detalle cómo es este proceso
20/05/20
20 DE MAYO: DIA MUNDIAL DEL ENSAYO CLÍNICO
Hoy, miércoles 20 de mayo, celebramos el Día Internacional de los ensayos clínicos. Fecha en la que recordamos la realización del considerado como primer ensayo clínico de la historia: el llevado a cabo por el doctor escocés James Lind, en el año 1747 para identificar la ausencia de vitamina C como la causa del escorbuto que afectaba a los marineros de la Armada Británica.
Es una efeméride para reconocer la contribución fundamental de todos los agentes implicados en el proceso de investigación y desarrollo de los medicamentos (profesionales, investigadores, compañías, patrocinadores, participantes, reguladores…), haciendo posible el avance médico y la mejora de la esperanza y calidad de vida de la sociedad. Sin ellos no podríamos disponer de terapias eficaces y seguras en el tratamiento de las enfermedades.
La situación actual derivada de la crisis del COVID-19, ha supuesto que el ensayo clínico tome un papel decisivo, no sólo como vía de desarrollo de nuevas terapias sino como de evaluación de la eficacia y seguridad de tratamientos y/o combinaciones de los mismos, ya disponibles y utilizados para otras patologías, con objeto de obtener resultados que ayuden a la toma de decisiones cínicas.
La investigación y el desarrollo de los medicamentos implica un proceso muy extenso y complejo. La duración del proceso completo es variable, pero se podría considerar 10 años como el tiempo medio en comercializar un nuevo fármaco.
Este procedimiento comienza con la fase de investigación básica y preclínica, fase en la que se realiza la experimentación en laboratorio, con animales o en cultivos de células.
Una vez superada esta fase, llega el momento de llevar a cabo los ensayos clínicos en seres humanos, los cuales son necesarios para la autorización y comercialización del medicamento. Para poder llevar a cabo un ensayo clínico es necesaria la intervención de distintos agentes. Además del Promotor, que es la entidad que impulsa la realización del ensayo y responsable de su organización, es esencial la colaboración de los centros hospitalarios e instituciones médicas con sus profesionales sanitarios y los pacientes atendidos en estos centros, cuya participación en los mismos debe de ser voluntaria.
A su vez, es indispensable la actuación de los Comités Éticos de Investigación con medicamentos, cuyos miembros son los responsables de garantizar que se respeten los derechos de los pacientes, y que se cumplan los requisitos éticos y legales y de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) la cual tiene que autorizar cada ensayo clínico antes de que se inicie el mismo
Los ensayos clínicos se dividen en cuatro fases: fase I, fase II, fase III y fase IV, en función de la proximidad del fármaco al momento de su autorización y comercialización.
En cada una de estas cuatro fases, el ensayo que se lleva a cabo debe de dar respuesta a diferentes preguntas sobre la seguridad y eficacia del medicamento. Preguntas tales como, si el tratamiento funciona, si tiene efectos secundarios, si sus beneficios son mayores que sus riesgos, qué participantes tienen mayor probabilidad de beneficiarse… Si los resultados del ensayo en una fase son satisfactorios, se diseñará un nuevo ensayo para dar respuesta a las preguntas de la siguiente fase.
La realización práctica del ensayo en un hospital es llevada a cabo por un grupo de investigadores que en muchos casos compatibilizan su actividad asistencial con la realización del ensayo clínico. El grupo es encabezado por el investigador principal que es corresponsable del ensayo en ese centro junto con el Promotor.
DATOS ESPECIFICOS EN LA CAE/SSPV
En la CAE durante el 2019, se han iniciado 108 nuevos ensayos clínicos con medicamento. Lo que supone para el Sistema Sanitario Público Vasco (SSPV) disponer de 413 ensayos clínicos en desarrollo y activos (la realización de la mayoría de los ensayos clínicos implica más de un año).
Más de la mitad de los ensayos clínicos (54%) iniciados en los centros de Osakidetza en el año 2019, se encontraban en la Fase III, es decir, en la fase más próxima a la comercialización del fármaco. Mientras, el 35% de los ensayos clínicos se encuentran en las Fases Tempranas: I y II.
Uno de cada cuatro (27%) ensayos clínicos realizados en Osakidetza está dirigido a evaluar tratamientos oncológicos (principalmente para cáncer de mama y de pulmón) y terapias para tumores hematológicos como leucemias, linfomas y mielomas, seguidos en número por los ensayos con fármacos destinados a enfermedades de origen neurológico (16%) como la Esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson.
Cabe destacar que uno de cada cinco (20%) ensayos clínicos iniciados en el año 2019 es promovido por organizaciones o investigadores sin ánimo comercial.
ENSAYOS CLÍNICOS EN CORONAVIRUS
En la actualidad se está participando desde los centros sanitarios a través de sus profesionales y de los Institutos de Investigación Sanitaria del Sistema Sanitario Público Vasco, en más de 10 ensayos clínicos destinados a la búsqueda de tratamientos para combatir el COVID-19.
La mayoría de los ensayos clínicos en marcha son promovidos por el propio sistema sanitario tanto a nivel nacional como internacional y más de la mitad de los mismos (55%) se encuentran en Fase III.
Entre ellos cabe mencionar la participación de los principales centros sanitarios de Euskadi en el Ensayo clínico metacéntrico aleatorizado internacional ‘Solidarity‘, promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuyo objetivo principal es proporcionar estimaciones fiables sobre los efectos de 4 tratamientos antivirales en pacientes con COVID-19 moderado o severo.
DESCRIPCIÓN EN CADA FASE
- Los ensayos clínicos de fase I: sirven para demostrar que el fármaco es seguro. Por lo general, son el punto de inicio en los que por primera vez prueba el fármaco en un ser humano.
Normalmente en esta primera fase se implica a muy pocos participantes, entre 2 y 100 personas aproximadamente y se realizan mayoritariamente con voluntarios sanos.
- Los ensayos clínicos de fase II: en esta fase se analiza si el fármaco funciona. Es decir, además de evaluar la seguridad, también se determinará su eficacia. Por ejemplo, si es para tratar una enfermedad, se probará en un número limitado de personas que la padecen.
En esta fase del ensayo suelen participar de 100 a 300 personas y su duración es levemente más prolongados que los de la Fase I.
- Los ensayos clínicos de fase III: en esta fase se verifican aspectos de seguridad y eficacia del fármaco, y si se da el caso, se compara con otros tratamientos utilizados.
En esta fase, el fármaco se prueba en un número más elevado de participantes, que puede ir desde 300 hasta más de 3.000. Si los resultados obtenidos en esta fase son suficientes y positivos, las agencias reguladoras de medicamentos pueden conceder la autorización y comercialización del fármaco con indicaciones específicas.
- Los ensayos clínicos de fase IV: examinan los efectos a largo plazo una vez el fármaco ha sido comercializado. Este tipo de estudios sirven para monitorizar la efectividad de la intervención, recoger información sobre posibles efectos adversos asociados con su uso generalizado o si ofrece beneficios adicionales.
ESQUEMA TEMPORAL ORIENTATIVO DE UN ENSAYO CLÍNICO